Lo que está adentro está afuera

Quien insulta, se insulta. Quien desprecia, se desprecia. Quien odia, se odia. Quien critica, se critica. Quien miente, se miente. Quien acusa, se acusa. Quien maltrata, se maltrata.
Pues todo aquello que de nosotros sale, a nosotros regresa, pertenece y afecta «no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre«. Mateo 15:11.

Todo lo que hacemos, pensamos o decimos del resto del mundo, nos define en este momento y a nosotros vuelve, convirtiéndose en un círculo, en una rueda que no es fácil de romper.

Es como una gran mentira, debido al hecho de creer que toda esa visión pertenece a lo externo ¿qué vemos?

Si lo que sale es engaño, seremos engañados. Si lo que nace es simpatía, recibiremos simpatía y, si surge incomprensión hacia los demás, preparémonos para no ser comprendidos.

Lo que vemos fuera, alrededor, es justo lo que llevamos por dentro.

Todo aquello externo a lo que nuestra mente presta atención, que enjuiciamos o valoramos, es exactamente lo que existe en nuestro interior.

Y si nos duele ver un defecto o un comportamiento en los demás, más profunda es la herida, porque reconocemos la nuestra.

Si queremos conocernos, pongamos atención a lo que nos rodea, a todo lo que la mente observa cada día a nuestro alrededor y estaremos frente a un retrato de nosotros mismos, a una imagen exacta de nosotros. Lo que es afuera, también es adentro.

Ya llegó un nuevo año, tiempo que siempre esperamos para establecer nuevas metas y deseos de disfrutar un año productivo, en paz y mucho amor.

Tiempo para culminar los propósitos planeados, y pensar en lo que debemos hacer para mejorar nuestras vidas, en hacer realidad nuestros sueños. Tiempo de hacer un balance de lo bueno que ha sucedido y lo que sería de mucho provecho hacer en este nuevo año.

Cuando hagamos la lista de propósitos incluyamos actos de amabilidad y deseos enfocados en el bienestar del alma, el amor y la vida. Obsequiemos más tiempo a quien tenemos al lado. Eso vale más que cualquier riqueza.

Tomar en cuenta que el mejor lugar del planeta está donde nos encontramos en este instante, donde podemos hacer un cielo de un infierno sólo con una actitud mental positiva.

Eliminemos la duda, el temor, la ansiedad y la preocupación

No olvidemos que para todo hay solución. Toda enfermedad grave es curable, lo que mata es el temor a la enfermedad. Toda meta lógica es alcanzable, lo que lo impide son la duda y el miedo. Somos capaces de lograr ahorita el cambio, lo que nos limita es la ansiedad y la preocupación. Vamos a borrar todo eso.

Condicionemos la mente con pensamientos positivos conscientes. En la medida en que aumente la fe en nosotros mismos y en las herramientas que DIOS nos da, los resultados nos sorprenderán. Las herramientas son nuestros pensamientos reemplazados por los de Dios, pero eso requiere voluntad: “Hágase tu voluntad”.

Somos lo que hemos pensado. Asumamos el compromiso de que seremos lo que desde AHORA pensamos.

Si vivimos en una realidad dañina, tomemos la decisión de hacerla positiva. Si vivimos en un mundo con presagios de caos, vamos a tomar la decisión de pensar en un mundo mejor.

Puede que nos parezca difícil, pero no lo es tanto. Es todo un reto. Lo difícil es cambiar nuestras creencias en las que hemos “creído” toda la vida.

El pensamiento positivo afecta todo lo que hacemos

Hagamos una lista de nuestras quejas habituales y sobre la frecuencia de las quejas durante el día. Prestemos atención al quejarnos para darnos cuenta que eso no agrega nada, no enriquece nada, no provoca un cambio positivo en una situación o en una persona. Por ejemplo, el quejarse del tráfico, el tiempo, el tener que esperar en una cola. O sobre algo que alguien hizo o dijo, quejas sobre tu pareja, el trabajo, la economía, la salud y determinados grupos de personas. Notemos esa voz que articula la queja en nuestras mentes y que sólo intenta tener la razón, sentirse superior o sentirse separado del resto. #SomosUno.

Cada vez que notemos esa voz quejándose, preguntémonos si podemos aceptarla como una creencia antigua. La voz del ego no representa lo que en realidad somos.

Seamos agradecidos

La vida positiva se inicia ahora mismo, justo desde donde estamos.

❤ Vivo en Venezuela y aún estoy agradecida de vivir aquí y ahora. En los últimos años he conocido gente super positiva, con deseos de hacer las cosas bien. Gente emprendedora y capaz. Gente con muy buena energía. Estoy convencida de que atraigo lo que soy. Creo en el cambio individual que produce el cambio colectivo. Creo en los milagros ❤

¡Feliz instante!