Todo lo que doy, es a mi mismo a quien se lo doy» Un Curso de Milagros ☯

Si queremos amor, extendámoslo. Si queremos prosperidad, seamos generosos. Si queremos paz, perdonemos. Si queremos conocer nuestro propósito, sirvamos a los otros.

No recuerdo el día en el que, siendo muy niña, decidí envolver mi corazón con una venda para no ver el dolor y sufrimiento que era incapaz de digerir.

Me fue bien para sobrevivir durante unos años, hasta olvidar que llevaba puesta esa venda y hasta quién era yo. Sin darme cuenta, empecé lentamente a enfermar.

Me acostumbré a no amarme, a ignorarme, a no abrazarme, a no besarme, a no sentirme.

Me acostumbré a caminar a oscuras, a seguir el camino que todos seguían sin preguntarme por qué lo hacía.

Quise ser la mujer maravilla, ésa que jamás cesa de luchar, que no se permite caer, que aguanta lo inaguantable, la que nunca llora, la resistente, la defensora de la justicia, la que siempre condenaría la hipocresía, la balanceada y equilibrada, la segura.

Con un gran corazón 💙

Hasta que todos los abrazos que había rechazado empezaron a hacerme falta. Hasta que el disfraz que me cubría no pudo sostenerse más y entonces enfermé también físicamente. A los 14 años.

Cada vez que me siento mal, cuando me da una baja de azúcar, cuando desmayo y pierdo el conocimiento, cuando me golpeo sin tener consciencia de lo que hago… recuerdo y analizo mi comportamiento ¿me quiero o no me quiero?

Y sin huir de la tristeza o de la falta de amor a mi misma, me miro al espejo y me rindo ante mi ser interior, ante Dios.

Entonces aprendí a limpiar mis heridas con amor, eliminar cada mentira construida, aceptar y recibir el amor que sana, que me prospera, que siempre ha estado ahí y que no había reconocido 💙

Ahora quiero cambiar mi mente anestesiada de ilusiones, por otra repleta de amor hacia mi misma…  total, todo lo que me hago a mi, se lo hago a los demás.

Y adoptar una mirada compasiva, dejar de escuchar la voz de la ignorancia de mi ego, por la del conocimiento, la de Dios.

Y empezar a reconocer el amor y vestirme de alegría, transparencia y compasión.

Tengo derecho a los milagros

Hoy siento, río, canto, bailo, juego, salto, disfruto, gozo, me arriesgo, amo, vivo, y SANO. Porque creo que la enfermedad es la manifestación física del miedo.

Quiero permanecer despierta, atenta a mis pensamientos amorosos y a mis creencias limitantes. Quiero aceptarme cada día más, sin exigirme ser perfecta, viviendo la mejor versión de mí misma, cumpliendo el propósito que Dios tiene para mi.

Desde ahora, sólo deseo ser yo misma, con mis subidas y bajadas, con mis líneas rectas y torcidas, con mis encantadoras rarezas, con mis debilidades, con mis sombras y amarguras. Con mi cuerpo único, con mis arrugas, con mis canas y mis curvas, con mis intentos y frustraciones, , con mi buen o mal humor, con mis cicatrices bien marcadas, con mis uñas sin pintar, con mis cabellos despeinados, con diabetes y un trasplante de riñón, con mi familia perfecta o imperfecta, con mis atrevimientos, y mis temores.

Acompañada con Dios y conmigo, con mis sensaciones… No quiero olvidar sentirme y amarme. Soy mi primer amor.

Sólo el amor sana, une y prospera 💫