La muerte es una ilusión… ¡somos espíritu!

Una cosa trae la otra: pensar en despedida-pensar en muerte

Desde ayer he estado pensando mucho en la sensación que se tiene cuando dejamos de ver a alguien, de cuando le decimos adiós a una persona, del sentimiento de inseguridad que nos invade cuando tenemos que irnos… en la despedida y su significado en este mundo.

He pensado en los amigos y familiares que se han ido y que ya no están “aquí” con nosotros.

Todos hemos pasado por esa situación, recientemente o lejanamente. No estamos exentos de padecer esa terrible sensación de pérdida…  Me llegó un correo esta mañana con la siguiente información. Tal vez ya la has visto.

Plegaria Indígena

No te acerques a mi tumba sollozando.
No estoy allí. No duermo ahí.
Soy como mil vientos soplando.
Soy como un diamante en la nieve, brillando.
Soy la luz del sol sobre el grano dorado.
Soy la lluvia gentil del otoño esperado.
Cuando despiertas en la tranquila mañana,
Soy la bandada de pájaros que trina.
Soy también las estrellas que titilan,
mientras cae la noche en tu ventana.
Por eso, no te acerques a mi tumba sollozando.
No estoy allí. Yo no morí.

Luego en mi búsqueda por Google en uno de los tantos blogs que tratan este tema leí un comentario de otra colega-bloggera: Lidia Domes http://cambios-internos.blogspot.com/

“Yo no morí. Dejé de estar aprisionada en mi cuerpo. Y me reintegré a todo lo que ES. Mi alma transita senderos desconocidos para los que quedaron… No me busques en mi tumba. Si de algo estoy segura, es que allí no me encontrarás.”

Somos espíritu viviendo una experiencia humana

En el «Curso de milagros» está  muy claro este tema. Somos algo más que cuerpo, el cuerpo es sólo un medio de comunicación en este mundo. Por eso sentimos lo que sentimos cuando un ser querido se va. Porque seguimos creyendo que sólo somos cuerpo y al verlo allí: inerte, frío, sin “vida” creemos que todo acabó.

Pero los “muertos” no están en la tumba del cementerio, ni en las cenizas de su cuerpo incinerado.

Ellos son espíritus sin límites, amigos invisibles, ángeles que están en el sol, en la lluvia, en un atardecer, en una canción, en la sonrisa de un niño o de un anciano, en una planta o en un árbol, en la inmensidad del mar… En lo que sentimos cuando miramos al cielo, cuando cerramos los ojos,…

María Rosario Rowan, maestra reiki y escritora publicó un libro que tiene que ver con esta reflexión y tema de hoy. Ya me referí a ella en un post titulado: https://lifeisdear.com/2011/08/19/nada-es-casual/.

“Corazones que susurran desde el otro lado” es la extraordinaria historia de su querida sobrina Betsabe, quien se ha comunicado con gran parte de su familia y amigos más cercanos después de haber dejado inesperadamente su vida terrenal. Betsa ha enviado corazones desde “el otro lado” a todos ellos e inclusive a quienes no la conocimos aquí.

¿Por qué corazones?

El amor lo relacionamos con corazón. El mensaje de Betsa es ese: lo único que importa aquí y en el más allá es el amor que damos, compartimos y recibimos… Para ello es importante vivir y sentir el perdón.

Algunos de los corazones han aparecido en paredes, espejos, cerámicas, fotos, pisos, café, pavimento, hojas de planta y alfombras. Betsa y un espíritu de luz han venido diariamente, por meses, a compartir con María Rosario la escritura de bellos mensajes que hablan de la vida acá y “allá”.

Betsa y un espíritu de luz han venido diariamente, por meses, a compartir con María Rosario la escritura de bellos mensajes que hablan de la vida acá y “allá”.

Como la misma autora lo expresa: “Betsabe, después de trascender, insistió e insistió, hasta lograr que este libro fuera una realidad”.

Ángeles, espíritus

Nuestros seres queridos que se han ido tienen una misión pura, cristalina, infinita. No pensemos que ellos «desaparecieron».

Dondequiera que se encuentren están libres de las limitaciones de este mundo. Si te abres a ese mundo del otro lado con la meditación, podrás comunicarte o sentir su presencia.

Si estás consciente y atento podrás descifrar los mensajes que tienen para ti…

Para mayor información acerca del libro “Corazones que susurran desde el otro lado” pincha el siguiente link: http://mariarosariorowanblog.com/ o entra en Facebook y busca la página: Corazones que susurran desde el otro lado por Maria Rosario Rowan

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Dr. Gerardo Taquín dice:

    Un ser querido que fallece, sigue o esta con uno, todos somos el mismo espíritu, por eso el odio engendra malestar, ya lo dijo Jesucristo de amar los unos a los otros, pocos lo logran, la mayoría arrastramos odios que generan amarguras, no hay necesidad de volverse rezandero, solo hay que vivir en paz consigo mismo y seguir recordando con amor al que partió.

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    1. Hola Gerardo, ¡qué claro está tu comentario!. Así es, de nada vale seguir «arrastrando» tanto odio que se generó en el pasado. Lo importante es estar en paz en el presente y tal cual como tu dices: «seguir recordando con amor al que partió». Gracias por enriquecernos y compartir tu opinión aquí.

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