La enfermedad no es un castigo

«El cuerpo es un amigo traicionero. Dale únicamente lo que necesita, no más. El dolor y el placer son transitorios. Sobrelleva todas las dualidades con calma, tratando a la vez de remontarte más allá de su alcance. La imaginación es la puerta a través de la cual penetran igualmente la enfermedad y la curación. Desconfía de la realidad de una dolencia, aun cuando estés enfermo, y el visitante ignorado, se marchará».

Paramahansa Yogananda

¿Condición de vida?

Cuando estamos enfermos, cuando sentimos que dependemos de algo material para vivir, cuando nos sentimos mal, cuando queremos hacer planes y nos sentimos limitados, cuando la desesperanza nos invade, cuando creemos que solo somos cuerpo… En ese momento debemos confiar en la grandeza de nuestro ser: ¡somos espíritu!

Para quienes ahora dependen de una máquina para poder vivir: para quienes están en diálisis, es sumamente contradictorio pensar en que Dios no castiga, que Dios es amor, que la enfermedad no existe, que todo es una ilusión.

¿Por qué enfermamos?

• Todo proviene de la idea de que sólo somos cuerpo físico y creemos estar limitados y confinados con él (como en una cárcel).
• La enfermedad está en nuestro cuerpo físico, eso es tan sólo un efecto.
• ¡Somos seres espirituales!
• La enfermedad en el fondo es una expresión de culpa, resentimiento y/o sentimiento de abandono.

Pero resulta que Dios no ve errores ni “pecados” en nosotros, siempre nos acompaña, nunca estamos solos.

Cambiar nuestros pensamientos ¿Qué implica esto?

• Que empecemos a pensar como personas sanas que por naturaleza somos porque Dios nos creo a su imagen y semejanza (seres espirituales).
• Nosotros no somos humanos en una experiencia espiritual sino somos seres espirituales en una experiencia humana.
• Tu “realidad” actual es que necesitas “diálisis” para vivir y un “trasplante renal” para mejorar tu calidad de vida, pero esa “realidad” la podemos cambiar si empezamos a pensar de otra manera, si empezamos a conectarnos con nuestro ser interno, con Dios.
• En principio debemos amarnos profundamente como hijos de Dios que somos.
• El amor propio es el primer escalón hacia la divinidad de nuestro ser, hacia el despertar de conciencia que nos muestra nuestra sanidad mental y física.

La clave es dar y recibir amor por medio del perdón (soltar)

Confiar es AMAR

• Una de las ideas más difíciles de reconocer es dudar de la curación debido a que los síntomas siguen estando presentes en nuestro cuerpo.
• Pero esto es un error que se manifiesta en el cuerpo por la falta de confianza.
• Mas el amor sin confianza es imposible, la duda y la confianza no pueden coexistir.
• No dudes del regalo de la curación en tu mente y te será imposible dudar de sus resultados.
• Uno de los mayores obstáculos que impiden tu éxito ha sido tu dedicación a pensar en metas pasadas y futuras.
• No sigas bloqueando tu motivación y entusiasmo HOY, almacenando temores, recriminaciones y resentimientos del pasado.
• ¡SUÉLTALOS!, soltar es confiar, para fluir en tu presente, en el aquí y en el ahora.
• Eres un Ser para dar y recibir sólo amor.
• Así que permítete confiar, amar y ser feliz.

¿Si Dios es amor como puede tener lugar la enfermedad?

 El amor se manifiesta:

• al soltar el pasado junto con tus emociones (traumas, temores).
• al soltar el futuro (incapacidad de manejar situaciones emocionales futuras), no crearte expectativas…
• al aceptar el presente sin “controlarlo” y pasar a la confianza en ti y en tus hermanos (familia, amigos, vecinos, donantes,…)

El amor ya lo tenemos y se expresa todo el tiempo: el amanecer, la lluvia, el mar, y en cada una de las cosas que hacemos y que nos gustan: bailar, leer, comer, amar, viajar, visitar, compartir, VIVIR.

Puedes hacer absolutamente TODO lo que te propongas mientras mantengas la fe, la confianza y la certeza de que DIOS no te abandona

 ¡Todo va a salir bien!

 En esta carrera “de obstáculos” uno es tan importante como el otro. Lo importante es que no te quedes atrapado en ninguno de ellos. A medida que los vas superando, siempre el próximo te parecerá  más sencillo, menos cuesta arriba.

Tu curación está en tus manos porque el apoyo médico, profesional  y “divino” ya lo tienes.